La Política de la Provocación, ahora, contra Peña Gómez. Desatinos en la Alcaldía de Santo Domingo Este

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En medio del fervor electoral y la urgencia de fortalecer la participación ciudadana, la Nueva Alcaldía de Santo Domingo Este ha optado por un camino peligroso: la provocación innecesaria. En lugar de facilitar el proceso electoral y promover la participación ciudadana, la administración municipal se ha sumergido en un absurdo invento de un plan municipal hasta el año 2054, desviándose del verdadero enfoque en el desarrollo municipal y pisoteando el legado de figuras políticas prominentes.

Lo más reprochable de esta situación es el reciente acto de desconsideración hacia uno de los símbolos más venerados por la comunidad: el Busto de Peña Gómez. Este monumento, erigido en la entrada de la Alcaldía en honor al líder político, ha sido tapado por un cartel de propaganda, demostrando una completa falta de sensibilidad y respeto por la historia y los valores de la comunidad.

Este desafortunado episodio se suma a una serie de acciones cuestionables por parte de la nueva administración municipal. Hace apenas una semana, el Alcalde había invadido la isleta en honor a Bosch para colocar una valla de propaganda personal, y ahora, agrava la situación al atentar contra el monumento a Peña Gómez.

El Busto de Peña Gómez, erigido durante la gestión anterior de Manuel Jiménez, representa un logro significativo para los seguidores del líder político. Su colocación fue el resultado de años de lucha y protestas por parte de los peñagomistas, y su vandalización con un cartel de propaganda es una afrenta injustificable.

Es lamentable que la nueva administración municipal, teóricamente del mismo partido político que el senador Antonio Taveras, opte por generar ruido y discordia en lugar de enfocarse en las verdaderas necesidades de la comunidad. Esta provocación no solo socava la unidad interna del partido, sino que también aliena a la ciudadanía y mina la confianza en las instituciones democráticas.

En tiempos de elecciones, es fundamental que los líderes municipales actúen con responsabilidad y respeto hacia la comunidad que representan. La política de la provocación solo conduce a la división y al deterioro del tejido social, alejando a la ciudadanía de su derecho fundamental de participar en el proceso democrático. Es hora de que la Alcaldía de Santo Domingo Este retome el camino de la sensatez y la empatía, y se comprometa verdaderamente con el bienestar y la unidad de la comunidad que juró servir.

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