Manuel Jiménez entre Estrategias, Leales y Traidores

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Acciones y nombramientos de contrarios por parte del Alcalde Manuel Jiménez, acompañados del dejar a figuras emblemáticas que le acompañaron durante años fuera del poder, han acrecentado los temores de los «manueslistas» de siempre sobre los movimientos estratégicos que el político estaría ejecutando de cara a una eventual reelección.

En el ejercicio del poder hay quienes se desesperan y se van, hay quienes resisten por lealtad, pero hay quienes no tienen por qué soportar humillaciones.

El accionar político siempre es complejo y a los leales se les presiona para que acepten algunos movimientos, pero no siempre se logra el mandato de convivir con traidores, con quien te hizo daño mientras en la batalla defendias al líder.

Los rumores bien engordados que otros nombramientos de personas que por su accionar indigno en las pasadas elecciones vendiéndose a los mejores postores hasta casi «caerse a tiros» por «tumbes» y sobre todo, lanzando a los leones a los «manuelistas» estarían disparando las alarmas ya encendidas por los fatídicos nombramientos abusivos de personajes repudiados por todo el mundo comunitario y político en Santo Domingo Este que incluso desbocaron en increibles reconocimientos públicos en una plaza pública casi abuchados.

Desde la perspectiva política al adversario hay que inutilizarlo y un nombramiento o «migaja» eventualmente sería aceptable, pero no así avasallar a tus generales y tus tropas, como ha venido sucediendo a ojos vistos quién sabe, alimentado en el guión de algún malvado y/o encubierto «asesor».

Manuel ve líderes de pronto donde no hay, se hace rodear y seguir de verdaderos peligrosos traidores que estarían incluso poniendo en peligro su seguridad y socavando, de forma peligrosa, llevando al límite las necesarias lealtades de una guerra en curso que solo tiene este periodo 2020/2024 como una etapa.

El Alcalde debe urgente hacer control de daños, analizar bien los equipos y sobre todo cuidar a quienes «nombra» pues a nuestra redacción llegan múltiples «malestares» de sus leales que estarían dispuestos a renunciar no solo a eventuales empleos que tendrían sino al equipo político si la afrenta moral es demasiado y se rompe la confianza.

Todas las acciones tiene límites y Manuel Jiménez tiene las suyas desde el tema político justo en el borde, pues nombramientos ya hechos y persistentes acosan el día a día de «manueslitas» que ven que su líder se adentra a hacerse rodear de quienes hicieron daño ayer, hacen daño hoy y harán daño mañana porque eso son, vividores, arribistas de toda la vida, traidores por convicción y naturaleza regados en cada una de las circunscripciones del Municipio.

Aun cuando la imagen de Manuel sigue siendo y se afianza como un hombre decente, digno, buen político, las imágenes de con quien se hace rodear y quienes le siguen, además de a quien él está mandando a que les resuelvan sus conflictos en los barrios donde esos personajes son despreciados por sus accionares en contra de los mundos comunitarios y políticos podrían estar cercando al Alcalde en un ambiente del cual le sería muy difícil seguro desprenderse.

Quién sabe, toda pregunta tenga su respuesta… pero no es posible que Manuel Jiménez, a quien se considera un político hábil, esté empeñado en poner a su lado a «lo peor de la ciudad» cuando los que sienten por él, lo viven, lo siguen e incluso veneran, estén en el banco o no sean tan bien reconocidos (y no solo en dinero) por Él.

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