SDE no es un edificio

SUPERATE

Rondan gente sin oficio voceando contra una persona que habita el cuarto piso del edificio pomposo, construido cuan palacio de un rey eterno, sin suficientes parqueos para visitantes.

Otros, ven el edificio en forma de pastel y buscan constantemente por donde es que se puede morder aunque sea para que el «suspiro» les llegue a los labios.

El edificio que alberga la Alcaldía de Santo Domingo Este consta de tantos cubículos que parecería hecho para albergar «botelleríos» necesarios de la política vernácula, diseños pésimos para atención al cliente (al ciudadano, munícipe, en este caso), y tantos puestos de secretarias y personal de seguridad como para cuidar un ejercito de generales; cada piso costa de puestos donde ves personas que cuidan entradas de otras entradas que a la vez cuidan otras entradas y allí, al final, la gente que trabaja.

El edificio fue hecho para albergar cientos de personas sin carro, con empleos precarios, sin visión de servicio sino de servirse y para moverse dentro casi que necesitas un mapa descodificado que te enseñe cuál es la puerta que abre la otra puerta del piso específico, del ala del edificio específica y al final, con suerte, encontrarás, quién sabe, a la persona que deseas ver, después de dar explicaciones a personas que su función es mirarte y averiguar quién eres y a qué vienes, como quien llegó a morder un pedazo de pastel que ya tenia dueño.

La historia del edificio nunca la conoceremos. Se dice que se sobreevaluó, que debió costar entre doscientos cincuenta y trecientos millones y terminó constando mil millones, historias urbanas que nunca desnudan la realidad de tiempos en que la ciudad aparentaba un supuesto desarrollo visualizado en las asombrosas cifras de los medidores sonrientes por cofradías innombrables.

La prensa de Santo Domingo Este, centrada en la actividad de los actores del edificio, nos dejó conocer durante mucho tiempo la vida y obra de cada ente con poder que deambulara entre pasillos, noticias importantes y hasta chismes relevantes, de la historia del reparto municipal de una ciudad de poco desarrollo y destructivo hacinamiento.

A las comunidades no les quedó mas remedio que servirse de facebook y twitter, para publicar, ante la apatía de la prensa a sus necesidades, logros, denuncias, mientras los titulares del figureo oportunista cundía entre los medios como única forma de manterse.

Los políticos han absorbido durante mucho tiempo la realidad de más de un millón de habitantes de Santo Domingo Este, hasta succionar hasta los medios de comunicación y hacer entender que solo ellos son los actores del día a día municipal.

La ciudad no es un edificio, ni sus empleados.

Fuera del edificio vive gente, trabaja gente, estudian personas. Fuera de ese edificio evidentemente mal construido se inundan las calles, se mal recoge la basura y se invaden los espacios ecológicos, no importa el incumbente de turno.

El edificio se erigió durante muchos años y mandatos nadie se ocupó de las afueras del edificio… o casi nadie, que no es lo mismo, pero es igual.

Es la hora del ciudadano de Santo Domingo Este.

La voluntad política de los habitantes actuales del edificio debe estar encaminada a la movilización pues, sin todos, no será posible recoger la basura que todos los días tiramos irresponsablemente a la calle, respetar los espacios públicos que caminamos y obstruimos nosotros mismos, dejar sin talar el árbol que nos da sombra, no llevarnos la luz roja, dejar hacer y dejar pasar.

El distanciamiento histótico entre las autoridades y los ciudadanos hansido las causas de la apatía y el desden de la ciudad albergue, cama de empleadores foraneos.

Las soluciones no se engendran dentro de un edificio, sino entre todos. Los ciudadanos deben estár listos para participar, para aportar, para convertir la ciudad en un hogar de todos, que lo cuidemos todos y terminar entendiendo que el mundo no comienza ni termina en el edificio de la Alcaldía de Santo Domingo Este sino que desde allí se administra, pero la ciudad somos todos, los de adentro y los de afuera, ayer mañana y siempre.

Fernando Buitrago-prensa
Fernando Buitrago
809-805-8343
@fdo_buitrago

Relacionados