En tiempos del PLD de Leonel se probó comprar medios, muchos medios, mientras que en los tiempos de Danilo, con comunicación en manos de Marchena, el método fue diferente… se diasporizó el presupuesto incluyendo los medios digitales, no sin el «pillaje» de algunos y algunas de buscar convertirse en intermediarios entre los medios y el dinero.
El tener el control de la prensa es eficiente, pero no evita la debacle.
En el gobierno de Luis Abinader otra vez se obra como Marchena, teniendo a su prensa preferida y no sin el sesgo obsoleto de separar «la gran prensa» de los medios alternativos, digitales y demás, que no tienen forma de acercarse al presidente.
El proceso de regionalización de la prensa no ha sido tomado en cuenta por los políticos de turno y menos los que están al nivel presidencial.
Las quejas de los colegas de Informe TV sobre conflictos con protocolo podría estar dado a la eventual falta de acreditación «conocida» por los encargados para los que saben «a quien dejar pasar y a quien no», conociendo lo complejo y riesgoso que son los eventos donde participa el primer mandatario.
En este caso la prensa local queda en desventaja y aunque posiblemente el altercado no fue «la intensión», el premio se lo lleva el equipo de Protocolo de Fellito Subervi de la CAASD pues ahí si se sesgó incluso, separó de forma inaceptable a la «prensa de ellos» de la local de Santo Domingo Este.
La prensa presidencial se ha dedicado a buscar «reclutar» a comunicadores, periodistas y dueños de medios digitales pero, independientemente a no garantizar «beneficios adicionales» que puedan servir para pelear los esfuerzos de mantener un medio, no han buscado la forma de «institucionalizar» la necesaria acreditación para cubrir estos espacios y evitar «encontronazos» como el ocurrido con los colegas en la reciente visita del presidente a Santo Domingo Este, una de tantas.
