«Líderes» incapaces de controlar a seguidores que se portan como rabiosos perros

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Cada equipo de campaña necesita de prensa, equipo de redes y en sus estrategias de comportamiento y mercado, insertar a veces, ciertos comportamientos que hagan atraer la atención… donde el «ser manso» no siempre da resultados.

Esto, se entiende.

Cada ciudad posee fuerzas vivas, que incluye prensa y cada medio, cada periodista, dentro del respeto, está en el deber e incluso, en la obligación de reportar y visualizar lo que crea importante según su línea editorial.

Los equipos de campaña, además del tema de vallas, marchas, mano a mano, y contactos, deben tener en cuenta el comportamiento que tendrán frente a los adversarios e incluso, a la crítica aunque esta sea descarnada, aunque en Santo Domingo Este hay medios (si se les puede así llamar, que no hacen critica sino sicariato y comportamientos irrespetuosos, pero ese es otro tema).

La opinión de cada ciudadano debe ser respetada, el no estar de acuerdo es un derecho y no por ello hay que agredir.

Al lado de un líder con 100 seguidores hay otro con igual o más cantidad de ellos y todos, deben ser respetados.

La misión de los equipos políticos es atraer a su lado la mayor cantidad de personas para poder encontrar su voto pero si alguien no quiere, simplemente, no quiere, no hay que ofender.

Por desgracia, en el privitivismo que enloda a la política del municipio hay líderes que permiten, como «gatitas de Maria Ramos» que sus seguidores tengan un comportamiento agresivo mientras ellos hasta claman a Dios desde escenarios solemnes, recordando aquella ultima escena del Padrino I, cuando se procedió a masacrar a todos los enemigos mientras se asistía a un bautizo… a «Dios Rogando y Con El Mazo Dando».

Se puede contestar una opinión adversa, con respeto, se puede incluso repeler una campaña sucia sin tener que pagar con la misma moneda, sin sumergirse en comportamientos inadecuados e irrespetuosos, pues ni la campaña sucia ni la agresividad sumó nunca un voto, al contrario, la intolerancia es la antipólitica y es lapidaria en tiempos de campaña.

El líder que permita que sus «anillos» o parte del equipo posea un comportamiento diferente a él, agresivo, ofensivo, es porque simplemente, líder y seguidores son lo mismo, pero como en la «viña del señor hay de todo», es necesario que los líderes sepan que deben ser capaces de orientar hacia futuros pactos o alianzas, además, de buscar ganar y en ese camino, deben ser paces de controlar a seguidores que se portan como rabiosos perros.

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