Fuerza del Pueblo en SDE y la ausencia de instrucción, disciplina cívica y política a sus aspirantes

La Fuerza del Pueblo es una nueva (vieja) organización, creada del éxodo masivo de los leonelistas (partidarios de Leonel Fernández) que salían en masa del PLD con el único objetivo en el 2020 de «sacar a sus verdugos» de palacio, en las propias palabras de su líder: «expulsar a los ingratos de palacio» aunque para ello tuviera que aliarse a los que hoy gobiernan en un pacto «ganar – ganar», como la reedición de aquel que alcanzara con Danilo años antes luego del «quirinazo».

El PLD (hoy PLD y FP) había decaído en calidad cuando las estructuras partidarias se convirtieron en grandes y burdas masas de maquinarias movedoras del voto, des-ideologizadas, donde se terminó priorizando cómo ganar (y en algunos casos, cómo servirse del estado para hacerse rico) en vez de la preparación de su militancia hacia la conformación de un país en vías de desarrollo basado en principios ciudadanos y cívicos.

Los integrantes de la Fuerza del Pueblo han sido indiscutiblemente los pésimos estandartes de lo que no se debe hacer en una ciudad y los mayores violadores de la Ley Electoral.

Comenzó Julio Romero y el joven Haysel Gonzalez, colocando grandes vallas en las avenidas, desafiando sobre todo a la Junta Central Electoral porque no estaba en espacios públicos.

Le continuó Leandra que se excedió al no solo tener varias vallas, pero más pequeñas, sino que siguiendo las violaciones de la Ley del presidente del partido gobernante PRM, colocó propaganda en las «guaguitas» de transporte público y para demostrar ser la más aguerrida en la violación de la Ley, expandió por la ciudad contenedores para recoger la basura, con su cara y los logos.

Otros, como el aspirante aun no se sabe a qué, el empresario Noboa, en su irrupción en la política violando igual las leyes que sustentan la propaganda electoral, y otros más en menos presencia.

A la pasividad de la Junta Central Electoral frente a todas estas violaciones y aun cuando la Alcaldía ya se había enfrentado a un cartel puesto en espacios públicos por un comando de la Fuerza del Pueblo y otros por el regidor Robert Arias que contrató a una empresa de publicidad para que le colocase en espacios públicos, ilegalmente, sus anuncios, aparecen otros atrevimientos del diputado Juan José Rojas, diputado Alexis Jiménez y el diputado nacional José Liz, en medio de la avenida las Américas para ser ahora acompañado por una, electrónica, del también diputado Bertico Santana, en uno de los pasos a nivel de esa misma calle.

El caos y el irrespeto de los participantes en la campaña electoral es generalizado, como muestra de que la Junta Central Electoral no cumple su rol.

Dicho esto, y a sabiendas de que el PRM adolece de disciplina partidaria que obedezca a líneas, porque cada equipo hace lo que cree sin que nadie les pueda controlar, es curioso que la Fuerza del Pueblo como institución no sometiera, más allá de las necesidades de dinero que tenga la propia organización, a sus militantes y aspirantes a una instrucción y por qué no, disciplina, de que no pueden, como parca, aparecer como los principales violadores de la ley pues, ¿qué puede vender un partido que no controla a su gente?.

Es casi seguro que los aspirantes que violan hoy la Ley Electoral ni lean el periódico y menos, que tengan la sapiencia y la madurez política de saber lo que se puede hacer, o no se puede hacer, pero en un partido que aspira a ser el cambio del cambio, es peor visto sobre todo, por haber sido los pioneros en este año electoral en hacer lo mal hecho.

Es concluyente, que la Fuerza del Pueblo ha preparado la maquinaria electoral, otra vez, como el otrora PLD, pero no ha instruido a sus aspirantes de que deben regirse por lo establecido en las Leyes Dominicanas en cuanto a elecciones y propaganda electoral.

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