Carta a Tony Peña Guaba y Adán Peguero: Ofensa a la memoria de Peña Gómez

SUPERATE

Ramón Peralta

Con todo respeto, me dirijo a ustedes en calidad de hijos de un hombre extraordinario, Peña Gómez. Uno de ustedes lo lleva en la sangre, mientras que el otro lo lleva en el corazón político. Desde los días de mi juventud en los barrios de Santo Domingo Este, fui testigo de cómo Adán Peguero imitaba con reverencia la voz y los gestos del líder de masas más grande que haya conocido la historia dominicana.

Como guardianes incuestionables del legado de vuestro padre, les pido que no permitan que su memoria sea mancillada. Recientemente, la alcaldía de Santo Domingo Este desplegó por tres días un enorme cartel que tapaba deliberadamente el busto erigido en honor a Peña, como si la figura de Peña Gómez lo avergonzara. Este acto, motivado por fundamentalismos religiosos y retaliaciones políticas, no solo ha sido una afrenta a la dignidad de un hombre respetado a nivel mundial, sino también un ultraje a la democracia misma. Es imperativo que ustedes levanten su voz contra tales injusticias.

Aunque nunca me consideré seguidor de Peña Gómez ni del PRD, debo admitir que su legado ha llenado de orgullo a nuestra nación incluso más allá de nuestras fronteras. Es inaceptable que un hombre cuyo nombre ha resonado en los más altos círculos de poder internacional sea vilipendiado por aquellos que deberían rendirle homenaje.

En este 26 aniversario de la muerte de Peña Gómez recuerdo que a pocas horas de su muerte su mensaje final de amor y perdón hacia sus adversarios, a pesar de haber sido calumniado y vilipendiado, resalta la magnitud de su humanidad.

Los hombres de la talla de Peña Gómez son admirados incluso por sus rivales, y su legado es defendido con fervor. Quienes osan atacarlo no merecen el aprecio de nuestro pueblo. Y aquellos que, siendo sus herederos políticos, guardan silencio ante las injusticias, deben recordar que la historia no olvida. La historia los juzgará con severidad, como aquellos descritos en el noveno círculo de la Divina Comedia.

Con todo respeto,

Ramón Peralta

Ciudadano de Santo Domingo Este

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