El actual gobierno trató de hacer más «amable» el reparto navideño para que no se viera la «miseria» de las cajas entrando a locales políticos ni políticos repartiendo a «viejitas» para luego subir como Papa Noel las fotos a las redes.
Si bien las escenas denigrantes se extinguieron y también las bandas robacajas o los repartos bochornosos y tumultuosos en los barrios, el reparto fue igual desproporcionado, injusto y prioridad partidista.
Es cierto que a las bases que aún no están en el gobierno están «felices» porque les llegó algo, sin embargo, también es cierto que parte de ellas, no menos importante, han sido excluidas melaganariamente por los «repartidores» que han tenido el poder «no controlado», no «fiscalizado» de decir a quien si, y a quien no, lo mismo que pasaba con las cajas en tiempos del PLD.
Es increíble como al final los partidos con las dádivas y el clientelismo se comportan de forma similar.
Cuán difícil es tal vez una buena idea poderla llevar a cabo y terminar siendo un arma política sectaria en los niveles medios de las dirigencias políticas y total, al final, ni las cajas ni ahora los bonos aseguran votos, lo único que calman es el quille temporal de abandono.
Ayer como hoy, es lo mismo, son lo mismo, somos lo mismo.
@fdo_buitrago
