No importa si son novatos o repitentes, llevamos dos años de gestión de nuestros regidores en Santo Domingo Este y se destapa, de casualidad por un tema tocado que a las comisiones muchos no asisten aún se les convoque, casi ninguno ha presentado proyectos y cuando lo hacen es cambiando nombre de calles, con tantos temas que necesita la ciudad que lleva años secuestrada y necesita casi, nacer de nuevo.
No, no es falta de respeto, cada uno de los regidores en Santo Domingo Este se esmeran en representar a su gente, van por el barrio, pendientes, luchan por sus representados, pero en la parte legislativa, están detrás.
No vale otra vez trillar el tema de las sesiones donde siempre se convoca temprano,pero casi siempre llegan tarde e incluso las reuniones para ponerse de acuerdo como bloques terminan haciéndose en la propia Sala Capitular.
Son nuestros representantes, votamos por ellos, pagamos sus sueldos y la ciudad necesita que se activen más allá de los esfuerzos puntuales que si lo hacen, de luchar por los temas que les plantean sus representados.
En la gestión pasada que un diario digital sobresaltaba que los regidores no trabajaban y para ello tomaba en cuenta las sesiones, pero eso es injusto, un regidor trabaja todo el tiempo y si se les puede criticar algo es que temas cruciales que afectan a las mayorías precisamente por no consensuar antes, se caen y demoran colocando usualmente los tópicos sobre la mesa para ser vistos después y entre después el tiempo pasa mientras la ciudad espera.
Ya se pierde la esperanza que temas como la disciplina en el debate o que lleguen temprano a las sesiones se cumpla o se mejore, pero a dos años de gestión un poco de exigencia, no hace mal a nadie y sirve para la reflexión ofreciendo la oportunidad si creen es menester, de apurar el paso.
