
Alcalde no entiende, YA NO ESTÁ EN CAMPAÑA
El alcalde de Santo Domingo Este ha vuelto a anunciar una conferencia de emprendimiento, utilizando los espacios y recursos de la Alcaldía para promover una narrativa que fue el sello de su campaña electoral. Sin embargo, esta práctica, que antes financiaba de su bolsillo, ahora parece un intento de sostener una imagen de liderazgo innovador mientras evade el escrutinio por una gestión que, según cifras oficiales, deja mucho que desear.

Durante su campaña, el alcalde llenó el escenario con discursos sobre emprendimiento y gerencia, prometiendo transformar Santo Domingo Este en un modelo de desarrollo. La vida le dio la oportunidad de demostrar esa verborrea, pero los resultados no han estado a la altura. La Alcaldía ha caído estrepitosamente del puesto 9 al 40 en el Sistema de Monitoreo de la Administración Pública (SISMAP), una métrica gubernamental que evidencia una alarmante falta de transparencia y eficiencia. Este retroceso no es solo un número; es un reflejo de una gestión que no ha sabido cumplir con las expectativas generadas.
La ciudad, por su parte, enfrenta una crisis visible: los vertederos improvisados se multiplican en las calles, y la recolección de basura, delegada a empresas privadas, no ha resuelto el problema. Mientras tanto, el alcalde parece preferir el monólogo a la rendición de cuentas. Sus conferencias, lejos de ser un espacio de diálogo, son un escenario donde su voz reina sin dar cabida a otras perspectivas o críticas. Este rechazo al debate refuerza la percepción de un liderazgo más interesado en el “figureo” que en abordar los problemas reales.
Utilizar los recursos públicos para estas charlas de emprendimiento, que muchos califican como “venta de humo”, es un intento evidente de maquillar una administración que no ha cumplido. Las cifras gubernamentales hablan por sí solas: la gestión del alcalde no refleja la capacidad gerencial que tanto proclamó. Los munícipes de Santo Domingo Este merecen más que discursos reciclados; necesitan un liderazgo que enfrente los problemas con soluciones concretas y transparencia. Es hora de que el alcalde deje de esconderse detrás de su verborrea y demuestre con hechos, no palabras, que puede cumplir con las promesas que lo llevaron al poder.

